El marido llega a su casa con la cara arañada después de estar con su amante y para disimular delante de la mujer, le da unas patadas al gato y dice en voz alta:
-! A la cara no, gato malo. No, nooo! ....
Y la mujer que tenía un pañuelo enrollado en el cuello le grita:
-¡Dale duro, que a mí me puso el cuello todo morado!.
-! A la cara no, gato malo. No, nooo! ....
Y la mujer que tenía un pañuelo enrollado en el cuello le grita:
-¡Dale duro, que a mí me puso el cuello todo morado!.
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