"Reír debería ser una obligación porque nos hace más felices"
Manuel Guisande

Accidente justificado

Un pasajero le toca el hombro al taxista que lo traslada en horas de la noche para hacerle una pregunta.
El taxista espantado pega un grito, pierde el control del coche, casi choca con un  camión,
se sube a la acera y se mete en un escaparate haciendo pedazos los vidrios..
Por un momento no se oye nada dentro del taxi, hasta que el taxista dice:
Mire amigo, jamás haga eso otra vez! Casi me mata del susto!'
El pasajero le pide disculpas no sin dejar de comentarle:
'No pensé que se fuera a asustar tanto si le tocaba el hombro'
El taxista le dice:
Lo que pasa es que es mi primer día de trabajo como taxista'
¿Y qué hacía antes?
Era chófer de carroza funeraria durante 25 años

No hay comentarios:

Publicar un comentario